*Análisis según el Modelo Denver
El Modelo Denver utiliza el conocimiento sobre cómo aprenden los niños típicos para facilitar una similar trayectoria de aprendizaje de los niños con autismo. Utilizan el concepto de plasticidad cerebral como un aliado en el impulso del aprendizaje esperado. Existen estudios que confirman que niños con daño cerebral frecuentemente muestran una dramática mejora si acceden a estimulación temprana, esto brinda una base de acción para organizar la intervención terapeutica en personas con autismo.
Las características del autismo sugieren que las áreas del cerebro relacionadas al manejo social y lenguaje están afectadas. Es decir estos niños invierten menos tiempo en ver a otras personas, responden menos al ser llamados por su nombre, fallan en utilizar gestos como señalar por ejemplo.
Los niños típicos en general aprenden haciendo y verificando hipótesis sobre su entorno, su conocimiento crece en la medida en que ellos interactúan con objetos y personas. En los niños con autismo se cree entonces que su interacción con el mundo suele ser inusual pues su foco primario de atención son objetos no personas, por lo tanto su conocimiento sobre el entorno debe ser inusual. Estos niños pueden fallar en el desarrollo del lenguaje en parte porque no están prestando atención al habla de las personas. Esta es una de las claves y objetivos de la intervención temprana “ayudar a los niños a prestar atención a información clave como por ejemplo a las palabras, rostros de las personas y acciones de las personas para que indentifique patrones y tipos de información que le permitan desarrollar lenguaje y habiliades sociales”.
Con el paso de los años se ha verificado la rapidez con que el cerebro humano responde a nuevas experiencias, empezar a aprender una nueva habilidad genera un cambio en el cerebro en cuestión de días. Áreas del cerebro que antes no reaccionaban empiezan a responder a determinados estímulos. Es decir las experiencias moldean el cerebro, estimulan la formación de conexiones neuronales. Esto enfocado al autismo nos permite establecer que el cerebro de una persona con autismo responde a sus experiencias diarias. Como la exploración diaria de una persona con autismo es diferente (enfocada en cosas principalmente) entonces su cerebro estará enfocado en la percepción de objetos no necesariamente personas.
¿Cómo puede la intervención temprana influir en el desarrollo cerebral de las personas con autismo?
Siendo la infancia una etapa de marcada plasticidad del cerebro existe un significativo potencial de aprendizaje. Por lo cual la intervención temprana puede tener un impacto significativo en el desarrollo de nuevas coexiones neuronales que permitan a la persona con autismo tener un mayor desarrollo en las áreas críticas como comunicación y socialización.
Las actividades que realizan los niños con autismo no son neutrales, esas actividades están construyendo un “cerebro enfocado en objetos”. El Modelo Denver busca cambiar eso, el enfoque es capturar la atención del niño hacia sus cuidadores (sus rostros, sus expresiones, sus cuerpos y como se mueven en el entorno, qué hacen…). Esto sumado a interacciones positivas- gratificantes para el niño- que sean acompañadas de comunicación clara contribuirá a un incremento de habilidades sociales y comunicativas. Trabajar la atención a lo social así como la iniciación de actividades sociales y de entretemimiento son la base de acción del Modelo Denver.