Es una estrategia de enseñanza que asegura que el niño siempre responda correctamente.
Para ello el niño recibe diversos niveles de ayuda al momento de recibir la instrucción. Recibir ayuda permite al niño responder sin errores.
La base teórica de este abordaje es que, a diferencia de los niños típicos, los niños con autismo no siempre aprenden exitosamente de sus errores; es más tienden a repetir sus errores.
Estudios realizados al respecto sugieren que, los niños con autismo, suelen desarrollar frustración después de responder incorrectamente por lo cual actividades de aprendizaje pueden conducir a comportamiento disruptivo, agresión, etc.
Prevenir errores puede entonces motivarlos a mantenerse en las actividades de aprendizaje. Esto sumado al uso de refuerzos positivos (cosas que desean) incrementaría las posibilidades de que el nuevo aprendizaje se repita nuevamente en el futuro.
Ejemplo:
- Le decimos al niño “aplaude”,
- Inmediatamente le brindamos ayuda (coger sus manos y le ayudamos a aplaudir)
- Galagamos al niño “muy bien aplaudiste” y le entregamos un refuerzo (algo que el niño desea)
Prompt de más a menos: tiene que variar conforme el niño avanza en sus habilidades. En el ejemplo inicialmente el terapeuta coge las manos del niño para ayudarlo a aplaudir, conforme el niño empieza a intentar iniciar “aplaudir” el terapeuta pasará solo a tocar las manos del niño y este proceso seguirá evolucionando hasta llegar al punto en que el niño no requiera ayudas y pueda demostrar la habilidad independientemente.